Anabad Cantabria, día del libro 2025. Libros con y desde los Archivos, de lo local a laindustria pasando por la burocracia.

El arte, el cine y la televisión utilizan los archivos como telón de fondo. Muchas instalaciones artísticas y fotográficas parecen sacados de un archivo. Con contextualización, estos días el archivo de Chancillería de Valladolid tiene una exposición ad hoc, Nuevas lógicas, Arte y Archivo, muy recomendable, por cierto.

Centrándonos en el Día del Libro 2025, queremos mencionar algunos libros relativamente recientes que, desde la literatura, usan los archivos o abordan la relación con la administración. Otros son técnicos, de divulgación archivística desde Cantabria.

Los dos primeros tocan a Cantabria: Lo demás es aire, publicada en 2022, de pleno; y La Asturiana, muestra trazos de una importante empresa de la minería del zinc en la provincia.

Juan GÓMEZ BÁRCENA pone en el mapa su universo de Toñanes, con una novela – Lo demás es aire, 2022 – que dibuja la biografía de este pueblo desde la ficción literaria. Los márgenes reflejan en una trabajada composición la cronología del texto. El autor comenta su relación y uso de diferentes archivos. Primero, de manera presencial, desde los parroquiales (con la repetición de la transcripción textual de los finados, los vecinos difuntos, de diferentes épocas), registro civil, municipal, Archivo Histórico Provincial de Cantabria, hasta las ventajas de la digitalización y el acceso a distancia a hemerotecas y webs de archivo que proporciona internet.

Por su parte, la escritora belga Caroline LAMARCHE, descendiente de directivos de Asturiana de Zinc (AZSA) refleja en La Asturiana -2021, traducida en 2023 – la visión de su familia en la creación y expansión de esa empresa minera hasta el norte de España, en Asturias. De su paso por Cantabria aparece el recuerdo de su residencia en Torrelavega (el actual paseo Julio Hauzeur) hasta los puntos de extracción (Udías, Reocín, Hinojedo) y descanso (Áliva, Picos de Europa).

La autora investigó durante años los derroteros de esta saga industrial que comenzó su tatarabuelo. Muestra una familia acomodada, viajera, que mantiene correspondencia, envía postales, hace fotos, lleva la contabilidad, es decir, que genera un archivo; lo que contrasta con entornos obreros que carecen de documentación propia. Aparte de los archivos familiares de su padre, el ingeniero de minas Freddy Lamarche, y de empresa (en Paris, y por supuesto en Arnao, sede del Archivo Histórico Asturiana de Zinc o Real Compañía Asturiana de Minas) – nucleares-, el libro menciona, y de hecho se cierra, con referencias expresas a la escuela de Minas de la Universidad de Cantabria en Torrelavega, donde está depositado el fondo de Mina de Reocín. Todavía se siguen produciendo vínculos diversos, que se complementan con  documentación como la legada por otras familias de directivos a la Universidad de Cantabria y al Archivo Histórico Provincial de Cantabria.

Visto desde otro lado, Sara MESA aporta en 2019, Silencio administrativo, una visión narrativa sobre la dificultad que tienen los ciudadanos para afrontar la burocracia y los procedimientos administrativos.

Hemos visto que la literatura se acerca a los archivos y los usa. Pero también tenemos libros especializados. Precisamente en torno a la INDUSTRIA giran las VI Jornadas de Archivos municipales de Cantabria que se van a celebrar en Torrelavega el 24 y 25 de abril, Y co-organiza Anabad Cantabria. Merece la pena recordar las cinco ediciones anteriores de estas Jornadas y sus respectivos libros de actas: la primera, en 1997 en Laredo; la II, 1999, Santander; la III, 2001 en Medio Cudeyo); la IV, 2003, en Castro Urdiales y la V, en 2005, en El Astillero, bajo el impulso de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Bibliográfico y Documental de Cantabria (DOC). Buenas Jornadas, buenos libros y salud a los archivos.